Conectados

Conectados
Te doy una cordial bienvenida a este espacio, en donde te invito a ir descubriendo y descifrando los mensajes que nos entrega nuestro cuerpo, para guiarnos a una nueva etapa de cura y comprensión.¡Buen viaje!

martes, 5 de agosto de 2014

Lágrimas

¿Cuántas lágrimas has derramado en el último año?


Cada una de ellas guarda en su interior parte de nuestro más íntimo tesoro: nuestra esencia vital. Nuestra energía que, en un proceso más condensado, se hace material y tangible, así como también se torna visible a nuestros ojos.
Un poco de nosotros se derrama hacia el exterior, un trocito de nosotros necesitando desbordar eso que nos aprisiona en el interior. Ese líquido sagrado hace un proceso de retribución con nuestro exterior, entrega algo de esencia a la tierra y a los otros, reabsorbiéndose en otras superficies, pero también lo hace como compensación hacia nosotros mismos.

Una vez escuché que si alguien besaba tus lágrimas, te mantendrías ligado a esa persona de manera emocional por mucho tiempo. Recuerdo que para mí, esta idea tuvo una connotación negativa y evitaba que aquello llegara a ocurrir, sin embargo me di cuenta que uno no suele desbordar esta esencia frente a cualquier persona. Generalmente lo hace ante quienes considera que serán contenedores, que comprenderán o ante quienes nos han hecho y/o dicho algo que nos ha herido.

Ante cualquiera de estas situaciones uno ya ha abierto su corazón y has mostrado tu interior. Si te has sentido herido o herida por lo que otro te ha hecho, entonces ya has permitido que sus palabras y actos penetraran en tu interior: ya estás abierto y el proceso de darse cuenta también duele/desborda.

Entonces, he sentido que estas gotitas cristalinas son un regalo hacia nosotros y hacia el otro, incluso aunque este otro no las vea. Es como si quisiéramos refrescar nuestro agitado o debilitado corazón, con esta agua pura que viene desde nuestro centro , aquel que almacena los líquidos y la esencia: el Ming Men , como lo llama la cultura china (zona ubicada entre los riñones /zona lumbar). También lo entregamos al otro como ofrenda, porque ese otro nos ha hecho doler algo que no podíamos experimentar por nosotros mismos: el otro nos ha entregado comprensión, así sea a través de dolor, apertura, gratitud, rabia, emoción o melancolía.


La lágrimas jamás han sido sinónimo de debilidad, son ofrendas para el otro y esencias necesarias que retornan a nuestro organismo, para suavizar nuestro fuego en el hígado cuando hay rabia, para drenar la energía que se ha estancado por frustraciones y emociones contenidas, para calmar el Shen (nuestra mente en un sentido amplio, de sabiduría y que habita en nuestro corazón) cuando está agitado y no nos permite ver con claridad, con calma ni nos permite tener un sueño profundo, y para nutrir la energía del corazón /pulmón cuando se encuentran debilitados.

La próxima vez que llores, te sugiero que agradezcas este elemento que te entregas a ti mismo, entrégalo con gratitud a quién las ha hecho salir y siente la liberación que ellas te proporcionan, las que al igual que la lluvia a la tierra, hidrata el territorio reseco de nuestro centro de calor : el corazón.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario